La personificación de la tierra como un dios se remonta a tiempos lejanos a la colonización, lo que nos permite darnos una idea de cómo el ser humano siempre ha tenido un concepto de la tierra cercano a algo que va más allá de la humanidad.

 Día mundial de la tierra

 Cada 22 de abril se celebra el día mundial de la madre tierra, un día que nos sirve para apreciarla y reflexionar acerca del efecto de la humanidad en ella.

Hoy, se cumplen 50 años desde que en 1970, las Naciones Unidas declararon que este sería el día en el que todos deberíamos tomar conciencia sobre nuestras acciones, nuestro estilo de vida y lo que podemos hacer para preservarla.

 La celebración de este día en el contexto actual

 En estas épocas de pausa mundial hemos visto como las cuarentenas han reducido la contaminación parcial en el aire y en el agua. Lo que nos muestra cómo el planeta se regenera, como las cosas pueden cambiar. Pero esto no ser? suficiente, porque con el regreso a nuestras actividades, también vuelve el daño al ambiente.

 Los humanos pusimos pausa, pero no el planeta no

 Durante estas décadas, han habido grandes avances en la ciencia y la tecnología que nos permiten reducir el impacto negativo en el ambiente e incluso producir un impacto positivo. Bacterias de laboratorio que degradan el plástico para ser reciclados, grandes recolectores de basura en los océanos, energías renovables e inteligencia artificial enfocada al ambiente.

Sin embargo, la carrera nos exige mejores zapatos. El mundo sigue calentándose, los niveles del mar siguen elevándose y los recursos como el agua cada vez escasean más.

Lo cierto es que hoy el aire que respiras, el agua que tomas y el sol que ilumina cada mañana se ven afectados por lo que el ser humano ha hecho con la contaminación de suelos y océanos, con las emisiones de carbono y el efecto que este genera en la capa de ozono.

Y te preguntarás ¿Qué es lo que estoy haciendo yo para causar el daño? Pues te sorprenderías.

 Las botellas de plástico que decimos reciclar y realmente no se recicla, la cantidad de agua que se gasta mientras nos enjabonamos al bañarnos o la luz que se queda prendida de noche por no pararnos a apagarla. Son tantas.

La verdad es que nadie está libre de pecado si de contaminar se habla. Pero podemos tomar medidas para mejorar, pequeños actos que en conjunto harán el cambio que el planeta necesita.

No basta con usar productos ecológicos si al caminar por la calle hay un envase en el piso, no basta con dejar de usar pajilla o sorbete si el vaso que usas lo desechas al salir del restaurante.

Ya tenemos la conciencia, ahora tomemos acción. Haz el cambio, celebra el día internacional de la madre tierra y regálale tu ayuda. Será bien recibida.

Luis Alberto Acosta Fuenmayor

Ecogreen Mundo.